En el ámbito de la intervención social y psicológica, abordar las conductas antisociales en menores representa un desafío complejo que requiere estrategias integrales y basadas en la evidencia. La Terapia Multisistémica en Menores con Conductas Antisociales se presenta como una respuesta efectiva, centrada en el entorno familiar y comunitario del adolescente. Este enfoque terapéutico no solo busca modificar comportamientos problemáticos, sino también fortalecer los sistemas que influyen en el desarrollo del menor.​

Además, en el contexto educativo, la prevención del acoso sexual en entornos educativos es una prioridad que comparte principios con la Terapia Multisistémica, como la intervención en múltiples niveles y la colaboración entre profesionales, familias y comunidades. Ambas estrategias destacan la importancia de un enfoque holístico para promover entornos seguros y saludables para los jóvenes.​

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¿Qué se consideran conductas antisociales?

Las conductas antisociales son comportamientos que infringen normas sociales, leyes o derechos de otras personas, y que generan un impacto negativo en la convivencia. Se caracterizan por su naturaleza disruptiva, agresiva o transgresora, especialmente cuando son reiteradas en el tiempo. En el ámbito infantojuvenil, estas conductas suelen preocupar especialmente a familias, educadores/as y profesionales del ámbito social por su posible evolución hacia la delincuencia o el aislamiento social.

Ejemplos comunes de conductas antisociales en menores

  • Agresiones físicas o verbales hacia otras personas (compañeros/as, familiares, docentes…).
  • Robo o hurto, tanto en el entorno escolar como comunitario.
  • Vandalismo: destrucción intencionada de bienes públicos o privados.
  • Fugas del hogar o abandono recurrente del domicilio sin justificación.
  • Consumo de drogas o alcohol, especialmente en edades tempranas.
  • Intimidación o bullying, incluyendo el ciberacoso.
  • Desobediencia grave y reiterada a figuras de autoridad.
  • Participación en bandas o grupos violentos.
  • Absentismo escolar crónico o rechazo escolar.

Estas conductas pueden tener causas multifactoriales, como problemas familiares, carencias afectivas, dificultades académicas, entornos de riesgo o trastornos de salud mental. Por ello, los y las profesionales del ámbito social suelen abordarlas desde enfoques integrales como la Terapia Multisistémica (TMS), programas educativos de prevención o recursos comunitarios de apoyo.

¿Qué es la Terapia Multisistémica?

¿Qué es la Terapia Multisistémica?

La Terapia Multisistémica (TMS) es un modelo de intervención intensiva y basada en la evidencia, diseñado para adolescentes de entre 12 y 17 años que presentan conductas antisociales graves, como delincuencia, consumo de sustancias y problemas escolares. Desarrollada en la década de 1980 por el Dr. Scott Henggeler y su equipo en la Universidad Médica de Carolina del Sur, la TMS se fundamenta en la teoría ecológica de Bronfenbrenner, que considera al individuo en constante interacción con múltiples sistemas: familia, escuela, comunidad y pares.​

Este enfoque terapéutico se caracteriza por su intervención en el entorno natural del menor, principalmente en el hogar y la comunidad, y por su énfasis en la colaboración con la familia y otros agentes clave en la vida del adolescente. La TMS busca identificar y modificar los factores que contribuyen a las conductas problemáticas, fortaleciendo las habilidades y recursos de los sistemas que rodean al joven.​

Principios Fundamentales de la TMS

  • Orientación hacia la familia: La familia es el principal agente de cambio. Los/as terapeutas trabajan estrechamente con los padres, madres o cuidadores para mejorar las dinámicas familiares y promover prácticas de crianza efectivas.​
  • Intervención en múltiples sistemas: La TMS aborda los factores de riesgo presentes en los diferentes sistemas que influyen en el menor, como la escuela, los pares y la comunidad.​
  • Enfoque basado en la evidencia: Las intervenciones se seleccionan y adaptan según las necesidades específicas del adolescente y su entorno, utilizando técnicas respaldadas por la investigación científica.​
  • Responsabilidad compartida: El tratamiento enfatiza la responsabilidad del menor y su familia en el proceso de cambio, promoviendo la autonomía y el empoderamiento.​
  • Intervención en el entorno natural: Las sesiones se realizan en el hogar o en la comunidad, facilitando la generalización de las habilidades aprendidas y reduciendo las barreras de acceso al tratamiento.​

Eficacia y Resultados de la TMS

Eficacia y Resultados de la TMS

Numerosos estudios han demostrado la eficacia de la Terapia Multisistémica en la reducción de conductas antisociales y en la mejora del funcionamiento familiar y escolar. Entre los resultados más destacados se encuentran:​

  • Reducción de la reincidencia delictiva: La TMS ha mostrado una disminución significativa en las tasas de reincidencia entre los/as adolescentes que han participado en el programa.​
  • Mejora en las relaciones familiares: Se observa un fortalecimiento de los vínculos familiares y una mejora en la comunicación y resolución de conflictos.​
  • Incremento en el rendimiento académico: Los/as jóvenes tratados con TMS presentan mejoras en su desempeño escolar y una mayor asistencia a clases.​
  • Reducción del consumo de sustancias: La intervención contribuye a disminuir el uso de drogas y alcohol entre los/as adolescentes.​

Estos resultados respaldan la implementación de la TMS como una estrategia efectiva para abordar conductas antisociales en menores y promover su integración social y académica.​

Aplicación de la TMS en el Contexto Español

En España, la Terapia Multisistémica ha sido adoptada en diversas comunidades autónomas como parte de programas de intervención con menores en conflicto con la ley o en situación de riesgo social. Su implementación ha requerido la formación especializada de profesionales y la adaptación del modelo a las características culturales y organizativas del contexto español.​

La experiencia en España ha demostrado que la TMS puede integrarse eficazmente en los sistemas de protección y justicia juvenil, ofreciendo una alternativa viable a las medidas institucionales y promoviendo la reintegración de los menores en su entorno familiar y comunitario.​

Relación entre la TMS y la Prevención del Acoso Sexual en Entornos Educativos

La prevención del acoso sexual en entornos educativos comparte con la TMS la necesidad de intervenciones sistémicas que involucren a múltiples actores y niveles. Ambas estrategias reconocen que los comportamientos problemáticos no surgen en el vacío, sino que están influenciados por factores individuales, familiares, escolares y sociales.​

La implementación de programas de prevención del acoso sexual requiere la colaboración entre docentes, familias, estudiantes y profesionales de la salud y el bienestar. De manera similar, la TMS enfatiza la importancia de trabajar con todos los sistemas que rodean al menor para lograr cambios sostenibles.​

Además, tanto la TMS como las estrategias de prevención del acoso sexual promueven la educación en habilidades sociales, la comunicación efectiva y la resolución de conflictos, elementos clave para fomentar entornos seguros y respetuosos.​

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