El concepto de Modelo de Atención Centrado en la Persona (ACP) es el resultado de toda una evolución que se ha ido fraguando desde hace varias décadas; un enfoque internacionalmente reconocido, que recoge cómo debe ser el trato a los mayores.
Un nuevo modelo que ha cobrado relevancia en España, imponiéndose como sinónimo de atención de calidad, suponiendo, a su vez, una ruptura total con los modelos de cuidados tradicionales, que ponían el foco de atención en la enfermedad, en el déficit como elemento primordial de la asistencia a personas mayores.
¿En qué consiste el ACP?
El ACP revoluciona todo el sistema de cuidados gerontológicos, alejándose de los Modelos de Atención Centrados en Servicios, condicionados por procedimientos estrictos y uniformes, por la rigidez de clasificaciones de enfermedades y grados de dependencia y por las limitaciones impuestas por las organizaciones.
El ACP da prioridad absoluta al respeto de los derechos de los mayores, reconociendo su valor, respetando las singularidades propias de esta etapa vital y potenciando sus capacidades desde la libertad, la autonomía y la dignidad. Se rompe así con las formas de autoridad propias del paternalismo que caracterizaba el modelo anterior.
¿Cómo ponerlo en práctica?
Apostar por la ACP en los centros de atención a personas mayores no siempre es tarea fácil; supone todo un desafío para los/las profesionales del sector, ya que las ideas de este modelo ponen en jaque la estructura tradicional de cuidados; además, las dificultades aumentan cuando se trabaja en centros donde se respira un mal clima a nivel organizacional.
Ahora, el/la profesional se sitúa al lado de la persona usuaria. No se trata solo de proteger y atender las necesidades de los mayores, sino de conocer su historia, escucharlos activamente y apoyarlos para que cada persona puede tener el máximo control posible sobre su vida, sobre su entorno, y, por consiguiente, sentirse mejor. Se trata de crear un ambiente hogareño y cercano, entornos de convivencia que fomenten las relaciones familiares y sociales, actividades espontáneas de entretenimiento y disfrute (no solo de terapia), personalización de las habitaciones y flexibilidad en las rutinas diarias, entre otras.
¿Qué papel tiene el profesional en el ACP o modelo de atención centrado en la persona?
Actualmente, este nuevo enfoque destaca dos aspectos fundamentales; por un lado, las habilidades técnicas de los profesionales, siendo imprescindible la formación, y, por otro, las aptitudes éticas y de relación. El ACP requiere un plus de profesionalidad, de empatía, de cercanía y de apoyo.
No existe una fórmula mágica común a todas las organizaciones, pues no hay dos centros iguales. Cada realidad, cada situación, es única, por lo que el proceso de aplicación de este nuevo enfoque también debería serlo. Avanzar hacia este modelo centrado en la persona es un proceso que debe ser construido paso a paso por cada centro, por lo que la flexibilidad a nivel organizativo es relevante.
Se trata de un compromiso frecuente que requiere de altas dosis de esfuerzo, liderazgo e implicación por parte de los responsables de los servicios de atención a personas mayores y de cada uno de los profesionales que trabajan en ellos, pero es un esfuerzo que vale la pena, ya que una mayor calidad de atención es directamente proporcional a una mayor calidad de vida para las personas que necesitan cuidados, para sus seres queridos y para los propios profesionales.
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