El peritaje social en casos de divorcio y custodia es un proceso clave en el que los/as profesionales del ámbito social intervienen para evaluar las circunstancias familiares con el fin de aportar información que pueda influir en decisiones judiciales, especialmente relacionadas con la custodia de los/as hijos/as. Este tipo de peritaje busca garantizar que las decisiones que se tomen tengan como prioridad el bienestar del/a menor, aportando una perspectiva integral que considera los aspectos sociales, emocionales y familiares.

En este artículo analizamos cómo los/as profesionales del trabajo social pueden abordar eficazmente el peritaje social en estos contextos y los elementos más relevantes a considerar.

¿Qué es el peritaje social en casos de divorcio y custodia?

El peritaje social es una evaluación que tiene como objetivo examinar las circunstancias sociales y familiares de los/as implicados/as en un proceso de divorcio, con el fin de proporcionar al juez un análisis exhaustivo que le permita tomar decisiones informadas sobre la custodia de los/as hijos/as. Este proceso se lleva a cabo por trabajadores/as sociales forenses o peritos sociales, quienes valoran las dinámicas familiares, las capacidades parentales y el entorno del/a menor.

Entre los aspectos que se valoran se incluyen:

  • Las condiciones de vida y recursos económicos de los progenitores.
  • La relación entre los padres y su disposición para colaborar en la educación del/a menor.
  • El entorno socioemocional del/a menor, incluyendo su adaptación y desarrollo.

Importancia del peritaje social en los procesos judiciales

En casos de divorcio, el peritaje social juega un papel fundamental para garantizar que las decisiones sobre la custodia y la convivencia con los padres se basen en el bienestar del/a menor. A través de una evaluación objetiva e imparcial, el peritaje social proporciona información valiosa sobre las dinámicas familiares, lo que permite al juez entender mejor las circunstancias personales y emocionales de cada caso.

Este proceso también es importante porque:

  • Identifica riesgos: Puede detectar situaciones de riesgo para el/la menor, como violencia doméstica, negligencia o abuso, que pueden influir en las decisiones de custodia.
  • Promueve la equidad: Garantiza que ambos progenitores sean evaluados de manera justa y objetiva, sin perjuicios.
  • Aporta recomendaciones: El informe pericial puede sugerir medidas para mejorar la situación familiar, como la mediación o la intervención psicológica.

Fases del peritaje social en casos de divorcio y custodia

1. Recopilación de información

La primera etapa del peritaje social en casos de divorcio y custodia consiste en la recopilación de información relevante sobre las partes implicadas. Los/as trabajadores/as sociales forenses llevan a cabo entrevistas con los padres, los/as hijos/as y otras personas cercanas a la familia, como educadores/as o vecinos/as. Esta fase es crucial para obtener una visión completa de la dinámica familiar.

  • Entrevistas individuales: Se realizan para conocer las percepciones de cada miembro de la familia y su punto de vista sobre la situación.
  • Visitas domiciliarias: Permiten observar las condiciones de vida de cada progenitor, asegurándose de que ambos proporcionen un entorno adecuado para el/la menor.

2. Evaluación psicosocial

Durante la evaluación psicosocial, se analizan las relaciones familiares y las capacidades de los progenitores para cuidar al menor. Esta fase implica una valoración profunda de los aspectos psicológicos, emocionales y sociales de los padres y los/as hijos/as, determinando:

  • Las capacidades parentales: Evaluar si los padres pueden satisfacer las necesidades del/la menor y proporcionarle un entorno estable.
  • El vínculo afectivo: Valorar el tipo de relación que tienen los progenitores con el/la menor y cómo esta relación afecta a su bienestar.

3. Redacción del informe pericial

Una vez recopilada toda la información, se elabora un informe pericial que recoge las conclusiones del/la trabajador/a social. El informe debe ser exhaustivo, detallado y presentar una visión imparcial de la situación familiar. Es importante que el informe esté basado en datos objetivos y que incluya recomendaciones claras para el tribunal.

  • Contenido del informe: El informe suele incluir un resumen de las entrevistas realizadas, las conclusiones sobre la dinámica familiar y recomendaciones sobre la custodia o cualquier intervención necesaria.
  • Presentación en juicio: El/la perito social puede ser llamado a juicio para presentar su informe y aclarar cualquier duda que tenga el/la juez sobre la evaluación realizada.

Factores clave a considerar en el peritaje social

Interés superior del/a menor

El principio rector de cualquier peritaje social en casos de divorcio y custodia es el interés superior del/a menor. Todas las evaluaciones y recomendaciones deben estar centradas en garantizar que las decisiones tomadas sean las más beneficiosas para el bienestar emocional, social y físico del/a menor.

Objetividad e imparcialidad

El/la profesional del trabajo social debe mantener una postura imparcial y objetiva durante todo el proceso de evaluación. Es fundamental que el informe pericial refleje una visión equilibrada y no esté influenciado por las opiniones personales o las emociones del perito.

Contexto social y cultural

En algunos casos, es necesario considerar el contexto social y cultural de la familia. Las diferencias en los estilos de crianza, las normas culturales o las condiciones económicas pueden influir en la evaluación y deben ser tomadas en cuenta para evitar juicios basados en estereotipos o prejuicios.

Desafíos comunes en el peritaje social

Manipulación de la información

En algunos casos, los progenitores pueden intentar manipular la información proporcionada durante las entrevistas o las visitas domiciliarias para influir en el informe pericial. El/la profesional del ámbito social debe estar preparado/a para detectar estos intentos y basarse en evidencia objetiva.

Conflictos emocionales

El divorcio puede generar un ambiente emocionalmente tenso, lo que puede dificultar la recopilación de información veraz y objetiva. Es importante que el/la trabajador/a social tenga habilidades para manejar situaciones de conflicto y ayudar a las partes a sentirse lo suficientemente cómodas para compartir su perspectiva.

El peritaje social en casos de divorcio y custodia es una herramienta indispensable para garantizar que las decisiones sobre la custodia de los/as menores estén basadas en una evaluación objetiva y en el interés superior del/a niño/a. Para los/as profesionales del ámbito social, la imparcialidad, la capacidad de análisis y la empatía son esenciales para llevar a cabo un peritaje justo y eficaz.

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