La asociación Encántame, de Ourense, ofrece intervenciones socioeducativas con animales.

Hasta el próximo mes de junio profesionales de la informática, el medio ambiente, la arquitectura, el trabajo social o la música aprenden docencia de la formación en un curso para personas que buscan prepararse para dar clases en el centro educativo de Grupo Academia Postal, en la capital ourensana. Entre ellas se encuentra María Victoria Muñoz, presidenta de la asociación Encántame, que ofrece terapia y educación asistida con animales. En concreto con perros.

«Se utilizan mucho los golden retriever porque tienen unas características innatas pero eso no significa que nazcan sabiendo y hay que trabajar con ellos. No vale solo que el perro sea sociable, tiene que ser también controlable», cuenta mientras mira a la perra que ha llevado a su exposición. Y es que, durante el curso que reciben en Academia Postal, cada alumno debe hacer un simulacro de cómo daría una clase y emplearía los conocimientos adquiridos en cuanto a docencia.

«Emocionalmente hay que preparar a los usuarios porque no se hacen sesiones únicas, sino que son varias a lo largo del tiempo para medir qué resultados tienen», cuenta sobre la mentalización que hay que aplicar con los usuarios. «No es lógico tener sesiones durante seis meses y dejarlo de golpe porque emocionalmente han creado un vínculo con el animal que se rompe. Y en algunos casos, como en las personas con alzhéimer, cuesta más porque ya no tienen la concepción del tiempo que tenían antes», explica al resto de sus compañeros.

«Cuando se prepara a un perro para estas terapias se hace para tratar todas las necesidades posibles, pero cada animal tiene más afinidad con un colectivo determinado. Lo ideal sería que cada entidad tuviera perros diferentes para que ellos no sufran estrés, pero no siempre se puede» añade sobre la procura del bienestar animal.

Sobre la asociación que hace unos años creó con su compañera Ana Díaz Lorenzo cuenta que intentaron empaparse de los máximos conocimientos posibles para abarcar poco, pero bien. «En nuestro caso formamos nosotras a los perros porque también somos educadoras caninas. Creemos que es tan importante conocer al colectivo con el que vas a trabajar como conocer al animal. No vale de nada tener un máster o una especialización si después no sabes si el animal se puede estresar o no», señala.

Advierte de que es fundamental que la familia sea consciente de que las terapias no curan, pero que ayudan a mejorar la calidad de vida de las personas. «Es importante establecer unos objetivos para que el resultado sea efectivo y se pueda extrapolar a la realidad. Porque de nada vale que un niño con autismo le hable al animal si después no le habla a su terapeuta», añade la educadora social y pedagoga.

Su especialidad son las intervenciones socioeducativas con perros pero lo que más hacen desde la asociación, desde el 2016, es impartir cursos de formación para el Colegio de Trabajo Social. Lo hacen en el nivel de iniciación para que los futuros educadores sociales sepan lo que son este tipo de terapias por si quieren ofrecerla en un futuro o por si alguien les propone trabajar con animales. «Es primordial que tengan unos conocimientos básicos para saber qué exigirles y qué se puede llegar a conseguir. De lo contrario puede resultar frustrante para todas las partes», finaliza.

Fuente y fotografía: «La voz de Galicia»

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