La interculturalidad va mucho más allá de la convivencia de culturas, asentándose en fundamentos básicos de igualdad, dignidad y no-discriminación, así como en una relación equitativa basada en un enriquecimiento mutuo. La interculturalidad promueve el diálogo y el aprendizaje dinámico a través de un intercambio que favorece el entramado social, generando una nueva realidad común. Un nuevo contexto en el que la mediación intercultural se convierte en imprescindible como recurso y como forma eficiente de resolver posibles conflictos, aplicable a diferentes ámbitos. Antes de preguntarte qué hace un/a mediador/a intercultural debes conocer cuestiones básicas previas:
¿Qué es la mediación intercultural?
La multiculturalidad es una evidencia, pues nuestra realidad cotidiana nos constata de la coexistencia de diferentes culturas, costumbres, religiones, lenguas, etc. En este contexto, la mediación intercultural surge como un procedimiento de cambio que favorece las relaciones, potencia la comunicación y fomenta la integración entre personas y grupos de distintas culturas. Su fin es prevenir o disminuir las realidades que pueden llevar al conflicto entre los integrantes de una comunidad, a causa de sus disparidades culturales.
La mediación intercultural trabaja para promover los siguientes aspectos:
- Autonomía.
- Libertad parar expresar opiniones y creencias.
- Empatía.
- Habilidades sociales y comunicativas.
Pero la mediación intercultural, o mejor dicho, la pedagogía intercultural, no se resume en esas “ferias interculturales” estigmatizantes donde se exhibe una imagen estereotipada de la multiculturalidad (stand de Marruecos con una haima sirviendo pastelitos de miel…) que en nada ayuda a alcanzar el objetivo de la interculturalidad. Es importante que enfoques el trabajo desde el respeto a la diferencia sin caer en el paternalismo ni el folclorismo.
¿Cuáles son las funciones del mediador/a intercultural?
El/la mediador/a intercultural tiende puentes, promueve actitudes y comportamientos que fomenten las relaciones igualitarias y rechacen cualquier tipo de discriminación cultural. Su objetivo es crear un clima de buena convivencia, sin esperar a que se produzca el conflicto. Y cuando la dispuesta aparezca, cuando se genere un choque de idiosincrasia, su labor consistirá en ofrecer una alternativa pacífica y equitativa de resolución de conflictos, generando un escenario de confianza y empatía en el que las partes involucradas se sientan comprendidas y puedan afrontar los diferentes problemas de una manera positiva.
Asimismo, el/la profesional de la mediación intercultural fomentará el empleo de un lenguaje inclusivo y respetuoso que rompa con las “etiquetas sociales” y organizará actividades diversas para profundizar en el conocimiento de las diferentes realidades culturales. En definitiva, el/la mediador se alza como una figura importantísima de apoyo en ámbitos diversos como el educativo, el empresarial o el sanitario, entre otros.
¿Cuál es el perfil del mediador/a intercultural?
Para desempeñar con éxito las funciones detalladas, es primordial que este/a profesional reúna las siguientes cualidades:
- Escucha activa.
- Empatía.
- Tolerancia y respeto.
- Capacidad resolutiva.
- Poder de convicción.
- Visión optimista de la interculturalidad.
- El/la mediador/a debe estar familiarizado con diversas culturas.
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